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Universidad y Comunidad aprenden juntas y se transforman

 

Por Gisela Frías (Dzʿ)

English follows

La Universidad Pedagógica Nacional, por medio de su licenciatura de Intervención Educativa, en el área de Educación para jóvenes y adultos fortalece el vínculo entre la academia y las comunidades rurales. El proceso, facilita compartir y rescatar saberes para el bien común y el de nuestro planeta.

Hace ya más de un año y medio, dos estudiantes de la UPN Sede Ayala, Dalia Susuqui Arenas Sánchez y Nayeli García Tapia comenzaron su proyecto de intervención educativa en la comunidad de Huitchila, Tepalcingo, Morelos. Llegaron a la comunidad con la esperanza de ofrecer sus conocimientos y apoyar la formación de un grupo para trabajar por la mejora de las condiciones de vida de sus integrantes. Huitchila fue tierra fértil, donde su formación como agentes de desarrollo comunitario apoyó la formación del grupo La Esperanza, un grupo de mujeres de diferentes edades reunidas con el objetivo de aprender a trabajar como grupo y aprender sobre el uso de plantas medicinales y aromáticas de su comunidad.

Dando su primer taller de pomadas de hierbas medicinales

Dalia y Nayeli han facilitado un proceso de integración grupal a partir del trabajo cooperativo para la recuperación del conocimiento local sobre plantas medicinales y así han movilizado a un importante sector de la comunidad para conocer, valorar y utilizar estos recursos naturales para su propio bienestar y el de la comunidad entera.

Las mujeres que forman el grupo La Esperanza se reúnen cada martes por la tarde. Muchas de ellas ya conocían sobre las plantas que se encuentran en su comunidad. Este conocimiento que recibieron de sus abuelas y sus madres estaba latente en ellas. Sin embargo, juntas han aprendido a valorarlo y han buscado la forma de mantener este conocimiento vivo y aprender aún más. Han participado en talleres de capacitación, visitas a la universidad y fuera de su comunidad y han puesto en práctica lo que han aprendido juntas: a hacer pomadas, productos agro-biológicos, a cultivar sus propias plantas medicinales en un huerto espiral. La experiencia y convivencia con otros las ha llevado a aprender sobre compostaje, lombri-compostaje y otras prácticas para el cuidado del medio ambiente.

Construyendo colectivamente Jardín de hierbas medicinales en espiral

Un resultado clave de su experiencia ha sido la valoración del trabajo en equipo. Cada una de ellas, ama de casa, ha tenido que vencer barreras para procurar su participación cada martes. En un contexto donde la mujer no acostumbra a tomar tiempo para sí misma y con un sin fin de tareas del hogar han procurado este espacio para ellas. Hoy disfrutan de la compañía las unas de las otras y se sienten valoradas bajo la mirada de las otras integrantes del grupo. – Cada una es una pieza importante – dijo una de ellas durante una entrevista. Este proyecto les ha dado un espacio para la convivencia, para la amistad y para disfrutar del trabajo colectivo. Este puede ser el impacto más radical y significativo para la sustentabilidad. Ni uno de nosotros tiene ni el conocimiento ni la fuerza para enfrentar los desafíos que la sustentabilidad nos presenta. La sustentabilidad nos requerirá de una cooperación sin precedentes.

Son muchos los aprendizajes que nos deja esta experiencia. Esta iniciativa ha sustentado conocimientos sobre plantas medicinales entre las participantes y con ello ha dado acceso a importantes recursos para la salud en una comunidad donde los servicios médicos son escasos. El proceso también ha apoyado un proceso de educación en el área de cultura ambiental con un sector de la población que carece de vías formales para la educación ambiental.

Por medio de este proyecto de intervención, la universidad no solo abre sus puertas a la comunidad, también se integra en ella y así facilita un proceso para el rescate del conocimiento comunitario y el fluir de diferentes saberes. Así la UPN aprende y enseña cómo construir comunidades sustentables que convivan armónicamente entre sí y con su entorno.

El trabajo de Dalia y Nayeli se titula: “Trabajo cooperativo a través de uso y reconocimiento de plantas medicinales con mujeres de la comunidad de Huitchila, Tepalcingo, Morelos”

Blog basado en entrevista colectiva con Dalia, Nayeli e integrantes del grupo La Esperanza, el día 13 de julio, 2017 en Huitchila.

 

University and community learn together and transform

By Gisela Frías (Dzʿ)

Translated by Abril Obregon

The Universidad Pedagógica Nacional, through its Educational Intervention degree, in the area of education for youth and adults, strengthens the link between the academy and the rural communities in the area. The process, facilitates sharing and rescuing knowledge for the common good and for our planet.

More than a year and a half ago, two students from the UPN Sede Ayala, Dalia Susuqui Arenas Sánchez and Nayeli García Tapia started their educational intervention project in the community of Huitchila, Tepalcingo, Morelos. They arrived at the community with the hope of using their knowledge to support the foundation of a group that would work for the improvement of the living conditions of its members. Huitchila was a fertile land, where their training as agents of community development supported the foundation of the group “La Esperanza”, a group of women of different ages who meet with the objective of learning to work as a group and to learn about the use of  medicinal and aromatic plants found in their community.

Giving her first workshop on medicinal plants

Dalia and Nayeli have facilitated a group integration process starting from encouraging cooperative work for the recovering of local knowledge about medicinal plants and they have mobilized an important sector of the community to understand, value and use these natural resources for their own well being and that of the community.

The women that form the group “La Esperanza” get together every Tuesday afternoon. A lot of them already knew about the plants that are found in the community. This knowledge, which they received from their grand-mothers and mothers was latent in them. However, they have now learnt to value it and have looked for ways to expand their knowledge and to keep it alive. They have participated in training workshops, visits to the university and have gone outside of their community and have put in practice what they have learned together: to make ointments, agro-biological products, to cultivate their own medicinal plants in a spiral orchard. The experience and conviviality with others has taught them about compost, vermi-composting and other environmentally friendly practices.

Building collectively the medicinal plants spiral orchard

A key result of their experience has been valuing team work. Each one of them are house wives and have had to overcome barriers to participate every Tuesday. In a context where women are not used to take time for themselves and with an endless list of house chores, they have procured this space for themselves. Today, they enjoy each other’s company and feel valued by the other members of the group. –Everyone is an important piece- said one of them during an interview. This project has given them a space for conviviality, friendship and for enjoying collective work. This could be the most radical and significant impact for sustainability. No one has the knowledge and strength to face the challenges that sustainability presents by ourselves. Sustainability requires cooperation.

There are many lessons that this experience leaves us. This initiative has generated and shared knowledge about medicinal plants among the participants and has given access to important resources for healthcare in a community where there is scarcity of medical services. The process has also supported the development of education in the area of environmental culture with a sector of the population that lacks ways to get environmental education and training.

Through this intervention project, the university has not only opened its doors to the community but has also integrated itself in it and facilitated a process for the recovering community knowledge and sharing it. Through this the UPN learns and teaches how to build communities that coexist harmoniously with their surroundings.

The title of Dalia and Nayeli’s work is: “Cooperative work through the use and recognition of the medicinal plants with women in the community of Huitchila, Tepalcingo, Morelos”

Group “La Esperanza”

Blog based on a collective interview with Dalia, Nayeli and members of the group “La Esperanza”, on July 13, 2017 in Huitchila.



Last Modified: October 4, 2018